Avanzaba despacio, sigilosamente. Mantenía el cuerpo encorvado entre el nard, la mirada atenta ante cualquier movimiento.
El oído, alerta, pendiente de cualquier sonido que pudiera delatar su posición.
Rosa hizo un gesto cortante con el brazo y todos sus acompañantes se detuvieron al unísono. Ella se adelantó, silenciosamente, con un elligron preparado en cada mano.
Sus movimientos eran felinos, salvajes.
Su mirada demente.
Se detuvo tensa, en una postura de ataque. Su mano izquierda apuntaba al frente, con la izquierda hizo un gesto a los demás para que la rodeasen por detrás.
Antes de que hubieran alcanzado su posición, la omaraní se lanzó de un salto por encima de la ondulante hierba.
Comenzó el baile de fuego…
El oído, alerta, pendiente de cualquier sonido que pudiera delatar su posición.
Rosa hizo un gesto cortante con el brazo y todos sus acompañantes se detuvieron al unísono. Ella se adelantó, silenciosamente, con un elligron preparado en cada mano.
Sus movimientos eran felinos, salvajes.
Su mirada demente.
Se detuvo tensa, en una postura de ataque. Su mano izquierda apuntaba al frente, con la izquierda hizo un gesto a los demás para que la rodeasen por detrás.
Antes de que hubieran alcanzado su posición, la omaraní se lanzó de un salto por encima de la ondulante hierba.
Comenzó el baile de fuego…
... OMARANI - 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario